detrás de esos no sés que eran síes,
de tanta Venecia sin agua,
te das cuenta de que pasas página.
Al carajo el juego,
y los cigarros a medias,
si quieres te los fumas,
sino los tiras contra el asfalto.
Puedo dormir tranquila noche tras noche.
No me definen mis errores.
Se abre un libro nuevo,
con alguna que otra historia renovada,
la historia es cíclica,
y las recaídas también.
No hay marcapáginas,
porque para no quedarte estancada en una historia
lo mejor es no pararte en ninguna de ellas
y simplemente
hojear el libro.
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