martes, 11 de junio de 2013

Fue



Y dejar que el viento me lleve donde le apetezca, que me da igual. Ya que no tengo destino, ni prisa (ni nadie que me la meta), me conformo con el efecto sorpresa.


Tantas noches viendo como esas imágenes atraviesan mis ojos, y saber que no hay nada más. 

No puedo aferrarme a esos recuerdos, esas noches que en el fondo ya no existen. Es como estar en el subconsciente todo el tiempo, mirando a través de unos ojos que ya fueron y no son. Reviviendo todo de nuevo, reconstruyendo recuerdos que nunca son los mismos, se destruyen, se filtran, los vuelves a construir.


Vas cambiando de lentes constantemente. 


Aunque sea inevitable recuerdo esa foto que nunca vi, esa película que no terminé, aquellas noches donde éramos los últimos supervivientes.

 Y todo sigue ahí, en mi mente nocturna.

Me he enamorado de tus ojos tantas veces, que puede que lo haga una vez más en este mundo del revés.
Ahora paso de lentes, sólo las que me pongas tú en su debido momento.

 Mejor construyamos nuevas aventuras.

 Echo las manecillas del reloj atrás y supongo que ni fue tan malo, ni tan emocionante. 

Depende.

Simplemente fue.

domingo, 9 de junio de 2013

Métodos experimentales


Mi mente se queda colapsada, en blanco y no sé que decir; y cuando lo sé, no encuentro la manera de explicarlo. 

Tengo un grave problema: no te encuentro en el diccionario.

Ni siquiera sé si hay forma de (com)probarte empíricamente, fantaseo con hipótesis y quiero dejar los paradigmas aparte.
Quiero experimentar(te) con todas las variables posibles, quitando las extrañas que nos convierte los pies de plomo y la vista muy larga.

Que nuestro amor no será equitativo pero puede que el deseo sea significativo.
Aunque no estemos en las mismas condiciones estoy harta de estar en el grupo control. Quiero que me administres tu locura, inyectándomela en vena. 
Sólo he estado a base de placebos y alimentándome de irrealidades.

Ni cuentos, ni leyendas, hagamos teorías. 
Si no es una ciencia exacta la forma en que me miras, no importa, lo importante es que funcione la práctica; y sí, funciona.

jueves, 6 de junio de 2013

Cómo escribir(te) una canción con cosas que no he escrito yo



"Si después de derrocar a la antigua reina me sacaste de mí, te quedaste de más, me dejaste el corazón extraño. Me cubro de amuletos, cubro los espejos y me comprometo a que sea cierto el jamás..."

lunes, 3 de junio de 2013

Más allá...


Así me tienes, a medias dando vueltas con la boca abierta intentando respirar de tus suspiros.
Siempre andando por una espiral por mi cabeza y no te mareas, ni una bomba nuclear llena de drogas blandas y alcohol  lograrían matarte dentro de mi cabeza. Te escondes en tu guarida, y cuando bajo la guardia sales en mi busca en estas noches, una tras otra en las que no consigo definirte, y la concentración frecuentemente es nula.
Bien sabes que yo me dejo atrapar y me enredo entre tus ramas, esas por las que siempre vas aunque a veces no digas nada.

Llevo zapatos, con un infinito tacón, aún así no logro mirarte, mudo de pieles constantemente y de papeles y ningún juego te excita. Haces creer que eres un caballero de acero, pero todo cambia cuando nuestras distancias se limitan, cara a cara, y tu armadura se convierte en una bomba de relojería.

No sé que quieres que te diga pero ahí estabas, y todo eso puede que se repita. Yo procuraré que no se te olvide mi nombre, y por sorpresa llegue ese día en el que al son de un bolero nos digamos cuántos nos echábamos de menos y que nunca pararemos de bailar porque ya no nos falta la música.

Tan sólo te haré una pregunta ¿me quieres viva o muerta?.

Aunque si de duelo de miradas se trata ya sabes de antemano quien de los dos caerá antes.

Dado que me das la opción de elegir mi muerte, no hace falta que te diga más, ya lo sabes cómo y con qué quiero que me mates. 
Haría que pudiese resucitar. 

Tú eres el arma homicida.

Porque el matar va más allá de la metáfora, puede que antes de que me claves tu mirada te mate yo antes, saques la espina de mi corazón y coronemos la noche de color púrpura. 

Al fin y al cabo volvemos a lo de antes, ni matándonos conseguiré que te marches. A veces te adoro, otras te odio, a veces no sé que tiene esa bordería que al final hace que te vea como algo que me incita, y sé que en el fondo no soy objetiva.

 Debería dejarte, o puede que en un instante no estés, desapareciendo con las tardes cuando se suicidan.