si los mejores atardeceres están bañados de ellos.
Se ramifican, se mezclan y bailan con las nubes.
Un abanico de colores que con su brisa
enamora hasta el alma más rota y el sentimiento más necio.
Y si quieres le podemos dar la vuelta al argumento,
las palabras son fonemas antes que pensamientos,
tragándotelas envueltas en puro fuego
para anochecer despiertos.
Y así cada día lo pasamos entre verbos en movimiento.
Se aceleran nuestros cuerpos,
pero eso es una rima fácil, así que
mejor será ver como el día muere en silencio.