Tanta tinta en hojas rotas. Tantos tintos vacíos de carmín. Monedas bajo el agua ¿cuántas? y tantas y griegas tachadas por ti. Dibujo comas que se comen los puntos a parte y un verso roto grita en forma de exclamación. Qué sino, si ya no hay "tus" pero sí los "míos".
Apunta a la sin razón, mírala a los ojos y endúlzala con mentiras y hazte el elixir de la vida con las ruinas de su corazón.
Quiero que ciegue el eclipse de tu mesurado mirar. No hay lógica que descifre no ver mi silueta inmersa en el mar. Demasiada sal que irrite mis ojos hará desaparecer esa imagen de mis pensamientos.
No pierdas el tiempo buscando el conjuro perfecto, el estruendo que hay en tus oídos distraen tus deseos, y los reflejos en los espejos estallan otra vez.
Que plácido secuestro el mío. Conjuremos esas palabras y hagamos de esto un mito al amanecer. Todo empieza con una sencilla certeza. Las hojas se deslizaban por sus manos, iguales que el color de su piel. Dijimos en voz alta las palabras de la página cincuenta y seis, pero los sentimientos que viven en este lar desobedecen haciéndonos intentarlo otra vez.
Decido, elijo la página que está del revés, la leo hacia mis adentros y drácula me muerde para desnudarme con presteza. Qué sutil convertirnos en animales para luego traicionarnos y producir nuestra propia muerte. Qué infeliz suceso, peculiar, caprichoso el azar que aunque te quería jurar amor eterno apareció ese pestillo en la puerta y sola se cerró. Pero nuestras criaturas lucharon para conquistar la habitación. No pude hacer nada. El acero acarició mi cuello para volver a la vida finita, rodeada de gotas de rocío en una jungla de nubes con un sueño en su interior.
No me gusta la lluvia, pero cuando te empapas hasta más no poder es agradable la sensación. Días mojados, y miras el exterior a través del cristal haciendo las gotas de él un cuadro. No me preguntéis por qué, pero me encanta ver esos garabatos y de fondo esa ciudad.
Y qué si escribo para amores que no existen, y a otros tantos vivientes pero ausentes e ignorantes. Tantas historias, tantas... sin leer. Es como una carta devuelta sin remite, nunca llega a sus destinatarios.
Aparece la palabra fin, se cierran las luces y miro la pantalla vacía. No sé que película de mi vida toca ahora. No soy de las que me guste mucho el cine, pero puede que sea algo que cambie mi vida, mi forma de percibir las cosas. A veces eso va más allá de la música, una buena novela...
Ando unos días enferma. Quería retirarme, desaparecer de mí misma. Esto, aquello, lo otro... ha hecho aterrizar la cometa. ¿Mi enfermedad?... algo anormal, intuyo que no es más que una recaída, no paro de vomitar palabras y frases en un lapso de indefinidas horas. Mi sistema se va a desgramaticar, deshidratarme mentalemente.
No espero que nadie vaya a comprar en la taquilla. Aunque puede que mientras degusto unas palomitas alguien se cuele por la puerta trasera y me haga compañía.
Revoloteo sin cesar entre negativos de fotografías que acelerándolas en el tiempo se convierten en un cortometraje. Chica con una vida sin emociones se imagina detrás de un vaso de cristal su vida tras un aliento de valentía y libertad. Sólo ella pisa esas calles y se difunde el ruido de sus pasos.
La copa y ella; ella y la ciudad. En efecto, cautivador.
Hoy la vida la veo en trabalenguas, esa lengua que trabas cuando me hablas.
No es porque lo vea como un todo, pero me importas cuando veo que no me ves en esos días en los que no te importo.
Si yo soy yo, ¿por qué no eres tú y somos un nostros? Si yo soy tú y tú eres yo seremos unos simples desconocidos. Si somos un nosotros y cambiamos los roles el barco va a la deriva hacia otro mar. Que no te de miedo vestirte de cualquier verbo: estáticos, en movimiento, de acción... Todo vale, más te vale, pues no hay más error que dar uso y dejar en deshuso a esos amores. Amores, no son de verano, tampoco son de otoño. Otoñales son mis lágrimas cayendo cual hoja y veraneantes mi ética y coherencia yendose a la locura. Estaciones son tus maneras, nunca son las mismas, ni las mías, fuera puede parecer primavera y dentro estar helándose todo. No existen. Párate a ti mismo, inténtalo no podrás. Que nos envuelven los silencios, años llenos de ellos y se rompen con el ruido de esos besos. Dale a la sin hueso, aunque haga más daño que esos puñales que me lanzas al pecho. De hecho, es el hecho más verdadero que la vida esté llena de cambios y ahora solo me quede un rollito de primavera el cual no quiero- hincarle el diente-. No quiero enterrarlo bajo el suelo de mi mente.
¿Qué hago? Si yo soy yo, y tú eres tú qué soy yo ahora. Quién dirige estas manos. No soy yo. Eres tú dentro de mí quien me nubla con humo las ideas, pasando las horas. Y pasando las horas las horas cambian, cambiando mis días junto a sucedáneas pernoctares. Se pasa el temporal y me asustas con tu sosiego. Amaneces en las noches y anochezco en tus mañanas sangrando versos con impericia que no es otra de las más sutiles de mis destrezas. Lenguas trabadas, sigue la vereda hacia esas nuestras niñas de los ojos, allí dentro será perfecto dentro de una descomunal oscuridad esclarecida a sol y sombra no por tú, sino por vos.
"Pruebo a hacer melodías tristes que me alegren. Recordé noches que en el fondo ya no existen."
Es lo de siempre. Ese siempre que nunca es lo de siempre.
¿Cansada de escribir? ó ¿sin nada que me mueva a hacerlo?
Cualquiera de las dos opciones es válida, supongo.
Ya no hay musas, ya no hay trasnochares ni luchas internas, ni inspiraciones que me vengan. Me quedo inherte, menos cuando estoy fuera de mí.
Hay un muro, se ha esfumado, mi yo interior se ha cogido sus días libres hasta día de hoy que ha querido hacer presencia. No hay nada. Sólo yo, envuelta en un mundo frente a este artefacto en una guerra de pensamientos para encontrar las palabras idóneas, las adecuadas.
En estos momentos habrá que sacar algunos brotes de esa impulsividad inhibida, de esa que tanto he hablado, pensando pero nunca cambiado. Algo intrínseco.
Change, cambio. A paso de caracol. Llegó sin avisarlo. Una venda en los ojos que se destapa delante de un espejoreflejando mi interior. Pensamientos dispersos que con el paso del tiempo se acumulan en algún lugar de mi cabeza olvidados.
El reflejo rebotó hacia mis ojos cual luz fugaz. Me cegó para volver a ver, a veces con los ojos inmersos en la oscuridad se ve más que en contacto con la luminosidad.
"He ahí el producto de tu experiencia"- me dije a mí misma. "Ahora di todo lo que no te has dicho, que hablen tus ideas, qué ha pasado, por qúe no las ordenaste en un papel, no tienen vida"- escuché.
Me miro todos los días. Los que no, ven cosas que no veo.
Cuánto ha cambiado la historia de un año para otro eh vieja amiga.
Es un mismo yo, la misma persona, solo que una parte está adormecida pero no muerta.
Risueña, alegre, soñadora, romántica... pero con otra perspectiva de la realidad.
Decir un no, no conformarme con lo que venga.
Elegir.
Saber elegir.
En el momento no tiene valor aparente. Comprender, comprenderte, comprenderme. Qué sino, si todo esto es un invento. En el invento morimos, en el invento nacemos, en el invento nos complicamos. ¡Deshazlo! Inventa otro invento en el invento. Al fin y al cabo todo pertenece a él aunque sea el anti-invento.
Fumarme los recuerdos, respirar otro cigarro , saborear la boca de esa botella, tragarte los sentimientos, digerir madrugadas y vomitarlo en forma de... ¿lo ves? No sale nada.
Ni gritos, ni versos, ni gemidos del otro sexo. Quiero luces, aceras mojadas, semáforos que se difuminan detrás de un cristal, media sonrisa detrás de un quizás.
Ojos ausentes mirando a otros vivos.
Lo que entra lo dejo libre albedrío. Luego pasa lo que suele pasar, lo que todos sabemos, lo que no debemos.
Filosofar, hablar del amor.. qué lejano queda eso. Plantearte estar vacía de sentimientos...un sin sentido. ¡Despierta, antes de que sea demasiado tarde!
Estoy llena de música, alcohol y sueños. Sueños de esos que no los quieres para dormir.
En el fondo no te he perdido, lo sé, Seguías ahí, muy dentro.
Y al mirar allí afuera no puedo evitar dudar.
Ojos fugitivos, ¿¡dónde estáis!?
Hielote y derríteme aunque sea por última vez mi microcuento.
El que siempre acaba mal. Amas su principio, odias su final.
Esta tarde me importa lo más mínimo si me dejas a medias del éxtasis.Lo intuyo.Confirmado.Qué más da.
Inspirar(te). Expirar(me). Fluir.
¿Qué me dices? Aunque no lo creas voy a intentar conducir el volante esta vez. Ligera, con la melena al viento, gafas de sol y el mejor rock and roll.
Sin equipaje.
Todo era lastre, sentimientos que me impedían romper el viento.
La confianza para mí nunca ha sido ningún problema. Ahora de quien me la tengo que ganar es la de mí misma. Que me hagan daño puede ser algo pasajero, hacerlo a los demás es mucho más duradero.
¿Oyes? Es el latido de mi pensamiento. Corazón, deberías pensar más a menudo y no latir tanto en mi cabeza. Me produces dolor en mis debilidades, resquebrajas mis principios y haces tú los honores.
No lo consiento, no arrepentimiento, ojalá, quizá, un millón de posibilidades.
Hoy es la probabilidad elegida de ayer. Mañana.. ¿qué será de mañana?
A veces lo mejor es no mover ficha
"En ajedrez se llama zugzwang cuando la única jugada posible es no mover"
Cadenas y cadenas una tras otra que no sabes a dónde te conducirán. Cuántas preocupaciones.
Si esto fuera una película...
No podría, demasiados golpes de verdad.
Surrealista, fantasioso, también puede ser verdadero en su mentira, como el amor perfecto en su imperfección. Depende de como se mire, estás arriba o abajo, dentro o fuera.
Detrás del cristal Para que notes mi ausencia. Pocas veces (me)funcionan las estrategias. Dicen que se tienen cuando hay miedos detrás del telón. Una estrategia para tomar otra y así sucesivamente. Asustas al príncipe y te quedas con la bestia literal. Tu bestia, la que solita te creaste, tus limitaciones.
Parece que se acaba, quiero que acabe. Echarlo en agua, que sea efervescente, sentir esas burbujas y que todo se diluya para crear una mezcla homogénea.
Siempre quedarán restos, secuelas, desperdicios mentales. Ni reciclarlos, contaminan. Demasiada polución.
Así
yo sola conmigo encontré conversación ante el espejo. No sabía que nos
pudiesemos decir tanto de nosotros mismos. Y aún así, quedan cosas por
esconder.
" Sólo un poco de relax, sin volver a casa, sólo un poco de relax y volverán las ganas. Nunca pares de bailar ya descansarás en invierno... Hoy que arda la ciudad, ya descansarás en invierno.."
"Acabas de perder,
lo poco de la dignidad
que te quedaba para negociar.
No fue lo que querías de verdad,
un punto aparte sin final,
dejar la puerta siempre abierta"
"Alguna vez has sido fiel,
a tus principios más,
que a tu instinto animal.
Alguna vez has dado pie,
a un espejismo
que no quisieras ver"
