Esos momentos en que miras al rostro de esa persona y piensas:
"es él",
" es mío ",
" dios, es lo que yo realmente ansío y quiero",
" es lo que yo me he propuesto y al fin.. lo tengo"...
Es orgullo, ganas, emoción...
es la mejor droga en sangre.
Es imposible decir con exactitud las mismas palabras.
Son como las típicas cosas que solo se pueden decir una vez.
A la segunda, pierde la magia.
No se dice con la misma intensidad, ni en el mismo segundo..
el momento perfecto se esfuma.
Y sinceramente esos pensamientos y esas palabras últimamente han sido tan efímeras.. tan cortas en el tiempo,
que a veces creo que me canso de lo que siento.
"Podíamos escribirnos miles de cartas, pero nuestro corazones no se acercarían ni un centímetro"
Esta frase, supongo que se puede trasladar a varios contextos.
Cambiando unas palabras por otras, pero diciendo exactamente lo mismo.
Al final, no vale ni un carajo, porque no va a cambiar nada.
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