viernes, 18 de enero de 2013

Microcuentos

Un nuevo año ha comenzado como todos sabemos. Un poco tarde para darle la bienvenida,¿no? Mejor tarde que nunca supongo.
Un año intenso, nuevas experiencias, maravilloso en su esencia. Siempre me quedo con lo bueno, pues pienso que pasaron más cosas buenas que malas, simplemente las malas son otra experiencia más. No somos tan originales en cuanto a cometer errores.  Y aquí sigo, con los que se han quedado conmigo disfrutando cada minuto con ellos, momentos inigualables, y solo decir que son los que me están demostrando que merecen la pena, los conozca de más o de menos, si están aquí es por algo y espero que me sigan por mucho tiempo en este largo camino.
Reflexionando pienso que soy muy afortunada de las personas que me acompañan, que tengo algo extraordinaro, no porque sea muy bueno, sino por ser fuera de lo normal. Son relaciones, lazos que si se cortaran por X o por Y no serían reemplazables, me alegro de seguir conservándolos. Pero me concentraré en ese tema en otro momento.

Hablemos de Diciembre, un mes que quería que me sorprendiera. Y así fue, me sorprendió en gran medida. ¿Qué pasa? Que Diciembre ya pasó, y con él vino el frío, enfriando la idea más mínima dentro de esta cabecita mía llena de serrín.

Estamos en Enero, y hace más frío aquí dentro que fuera. Algo no va bien y no sé muy bien qué es. Hasta puede que lo sepa pero intento no decirmelo a mí misma. ¿Puede ser que ahora sienta ese "sentimiento desconocido"? ¿Les habrá pasado esto a los que rompieron mis ilusiones?

Es como si ahora fuera ayer, un salto al pasado de golpe y porrazo, como si de repente se hubiera perdido la magia, como si las palabras hubiesen perdido todo el sentimiento y me jode, ¿qué se nos pasa por la cabeza? ¿qué se me pasa por la cabeza? No ha dejado de ser algo especial y aún así estoy en este estado tan extraño.

Sé que un día lo puede cambiar todo, una mera conversación a la que no prestas atención.. hasta un gesto. Lo sé. Lo que no sabía es que se iba a apagar en mí esa chispa, que iba a poner la mirada hacia el frente y no me gustasen las distintas escenas de mi vida.

No me gusta generalizar, llevo muy poco tiempo explorando ese mundo; no sé que pasa cuando anochece, si sube la marea cuando llueve, si amanece saliendo el Sol por la otra parte, si la luna es de otro color... Porque por ahora solo veo tormentas, tifones, que me han puesto la cabeza patas arriba.

Puede que nos hayamos saltado una estación y hayamos pasado de la primavera a finales de otoño.. ¿dónde queda el verano? He mandado miles de botellas al mar y las contestaciones han sido pocas, sólo la espuma que se forma al llegar a la orilla y al rato vuelve a su lugar para devolverme espuma una vez más. Llegan restos de conchas, y alguna que otra perla que poco a poco han formado un muro.

Me encuentro a los pies de este mar tan salado que escuece la piel... buceo dentro de él pero me es imposible ver. He intentado pescar; hambrienta me encuentro, pero es un mar vacío que me empuja a buscar en otros.

Me arropa en las noches frías, me susurra cuando no concilio el sueño, lucha contra mis peores pesadillas terrenales, envuelta en su arena aún quedan algunos granos incrustados en mi pecho. 
El mundo no puede ser perfecto, no tiene por qué serlo, en las  imperfecciones a veces está la esencia.

 A lo mejor me he cegado a mí misma. Pensaría encontrar otra cosa surcando las abruptas selvas en las que me encuentro inmersa. No me quedan recursos y hasta puede que ni ganas.

Estas aguas no bailan conmigo igual que yo con ellas. Las muevo con mis manos, mis pies, pasan por mis dedos y las siento como nunca, calándome hasta los huesos, dejándolo todo a la imaginación, como surja en el momento. Con eso me basta. Están estancadas en su lugar, pasivas, mirando la vida pasar. Han  aborrecido el sonido de los delfines al nadar y el sonido que hacen las gaviotas al alzar las alas para volar. 

Las conversaciones se han vuelto en monólogos y en preguntas recíprocas. Nada en especial. Sólo hablamos de este mundo y el mar. No hablamos de flotar en las nubes, de dónde se van las huellas al ser borradas de la arena, a qué lugar se van...

A veces pienso que todo es demasiado simple, y a la misma vez pienso que puede que sea una egoísta que lo esté exagerando todo. 
He estado dispuesta a recorrer todos los ríos, vertientes, riachuelos y dejarme llevar por las olas, por cada remolino en el agua.. Pero en el fondo de él me hallo pensando si tirar o no de la cuerda que infla este salvavidas y salir a flote. 

Mi mundo se va volviendo cada vez más gris y convirtiéndose en piedra, y a la larga será como cuando se apaga una estrella en el cielo y cae dejando lo mejor de ella en una estela, iluminando todo el cielo a su paso, mientras cae se va transformando en otra clase de polvo.
  
Un poco hipócrita soy haciendo hipótesis negativas acerca del futuro cual oráculo nefasto. Pero hay que ser coherentes con lo que se siente y lo que se piensa..

Nadie dijo que fuera fácil.

Sólo conozco esta pequeña parte de este mundo, estas vistas, esta arena y este mar. Nunca me arrepentiré de su estancia en estas tierras y de una forma u otra alguna parte de mí seguirá clavada en este lugar.