domingo, 10 de agosto de 2014

Ambivalencia


Entre cortinas negras empieza un nuevo amanecer. Sales al balcón, todo está gris y en el fondo solo hay una pared. No podemos unir las piezas rotas con lañas de papel. Dentro de esa habitación los poetas nos miran, presenciando un arte que no es el suyo; y desde las esquinas, miradas felinas que todo lo saben nos apuntan con sus destellos. Cada detalle, cada pincelada transmite algo romántico. Es más que un color pastel, hay un trasfondo tras de él. 

Subes a la cima y llega ese instante en el que estás decidido, en el que nada importa. Estas solo ahí arriba, tan alto que si abres los brazos podrías volar. 
Fijas la mirada al horizonte y admiras cada rayo de luz que pasa a través, sintiéndote tan pequeño y grandioso a la vez. 
Tan solo hay un paso para salir de esa ambivalencia. Tu expresión es rígida, tus ojos no parpadean ante tal caída que hará que pierdas el control, caer tan rápido y más rápido, a una gran velocidad. 
Es un momento único, es tuyo fuera de todo de lo que te rodea. El mundo sigue girando, las personas siguen  caminando pero desde allí arriba es como si el tiempo se parase solo para ti. Se siente libertad, vida, indiferencia,. Independencia. 
Todo te inunda aunque estés ajeno a lo demás. Es difícil de explicar porque hasta lo que respiras, se siente distinto. Tu mente se queda en blanco o con algunos garabatos y sientes el peso sobre ti. Sensaciones por describir.. tirarlo todo al vacío sin oír el impacto al caer...

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