martes, 11 de junio de 2013

Fue



Y dejar que el viento me lleve donde le apetezca, que me da igual. Ya que no tengo destino, ni prisa (ni nadie que me la meta), me conformo con el efecto sorpresa.


Tantas noches viendo como esas imágenes atraviesan mis ojos, y saber que no hay nada más. 

No puedo aferrarme a esos recuerdos, esas noches que en el fondo ya no existen. Es como estar en el subconsciente todo el tiempo, mirando a través de unos ojos que ya fueron y no son. Reviviendo todo de nuevo, reconstruyendo recuerdos que nunca son los mismos, se destruyen, se filtran, los vuelves a construir.


Vas cambiando de lentes constantemente. 


Aunque sea inevitable recuerdo esa foto que nunca vi, esa película que no terminé, aquellas noches donde éramos los últimos supervivientes.

 Y todo sigue ahí, en mi mente nocturna.

Me he enamorado de tus ojos tantas veces, que puede que lo haga una vez más en este mundo del revés.
Ahora paso de lentes, sólo las que me pongas tú en su debido momento.

 Mejor construyamos nuevas aventuras.

 Echo las manecillas del reloj atrás y supongo que ni fue tan malo, ni tan emocionante. 

Depende.

Simplemente fue.

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